El fuego de los dioses













Tengo la niña mas bonita del mundo

aunque el verbo “tener” quizas no sea

el mas adecuado en este caso,

puesto que el amor

salvo para los adictos al miedo

es perfume de libertad


Llegue al fin del mundo a través

del intrincado laberinto

que llevaba hasta ella

por sus infinitas salidas.

Deberia proclamarlo a grandes voces

para que el eco lo extienda por las

caoticas calles de Bucarest


Sin embargo, es bien cierto

que nada es del todo suficiente

para un eterno Prometeo

fiel amante de la insatisfacción


Aunque, ¿por qué negarlo?

con su aliento es mucho mas fácil

en la sinrazón de mi ser racional

robar el fuego de los dioses.